Julio Iglesias cumple este domingo 75 años y ostenta el récord invicto de ser el artista latino más exitoso del mundo. El español celebra estos días su cumpleaños con conciertos ocasionales pero alejado del foco mediático, lo que ha provocado suspicacia e incertidumbre sobre su situación actual.
Este importante aniversario llega apenas dos meses después de otro importante acontecimiento, el medio siglo de su victoria en el Festival de Benidorm, que inauguró una de las mayores carreras de la historia de la música, con más de 80 discos en 14 idiomas que han vendido más de 350 millones de copias y más de 5.000 conciertos en los cinco continentes.
En declaraciones a Efe en abril del año pasado, él mismo anunció que lo celebraría con una gran gira de “conciertos institucionales” en 2018, “sobre todo en España”.
“Quiero agradecerle a mi gente por todas las cosas que me han dado. (El aniversario) tiene que ser un momento especial y por eso no haré nada este año. Lo espero con mucho cariño”, dijo durante una entrevista por el lanzamiento de “México & Amigos” (Sony Music), su más reciente álbum de estudio hasta la fecha.
Tan solo dos años antes había anunciado que abandonaba el estudio de grabación. “La razón es muy sencilla, el estudio es muy complicado para el artista”, declaró, algo de lo que tuvo que retractarse, según se vio: “Las emociones en las ruedas de prensa salen de forma muy espontánea y entonces te das cuenta del error. No entiendo mi vida sin el estudio de grabación”.
La agenda de Iglesias se limita por ahora a una breve gira de conciertos que comenzó en Tashkent (Uzbekistán) el 10 de septiembre y que, en octubre, le llevará a Dubái los días 1 y 2, Tel Aviv el 6 y, finalmente, Moscú el 12.
Cada vez es más difícil verle en su país natal. Su última actuación aquí fue en 2016, cuando actuó en el Festival Internacional de Música de Cambrils (FIMC) en Tarragona, con gran éxito de venta de entradas, según su promotor.
«La gente le quiere porque es un cantante extraordinario. No había suficientes localidades disponibles para atender la demanda y la gente estaba enfadada porque no viniera más días. De hecho, los precios de reventa eran impresionantes», recuerda Martín Pérez, fundador y director de Concert Studio, que gestiona los conciertos de Julio Iglesias en España desde 2008, «unos 20», aproximadamente.
Este veterano empresario de la música en directo confía mucho en el atractivo del cantante. “Haría algo que no haría con ningún otro artista, pero que sí haría con él, que es firmar, por ejemplo, 12 conciertos en los principales teatros de España y ponerlos todos a la venta a la vez: en unos minutos, no habría entradas”, apuesta.
Concert Studio ha intentado sacar a la luz el caso, como confirman a continuación, pero no ha obtenido respuesta. En cuanto a los motivos, descartan cualquier relación con el caché.
«Julio es un cantante caro y lo dice, sobre todo porque vende de todo. Y además canta porque quiere, porque le encanta el escenario. Alguien de arriba como él, que no hace 200 actuaciones al año, puede pedir lo que quiera por concierto y en España le pagarían, no por un teatrito en un pueblo pequeño, sino por un WiZink Center en Madrid, por ejemplo», afirma.
En su opinión, que es totalmente personal, sus actuales actuaciones en los confines de Europa pueden ser una forma de probarse sobre el escenario, dados los problemas de salud que le obligaron a cancelar actuaciones en el pasado, sobre todo por la antigua lesión fruto del accidente de coche que, siendo joven, le alejó del fútbol y le devolvió a la música.
“Eso le da una ciática tremenda, yo lo he vivido. Quizá es cauteloso a la hora de comprometerse por eso. Para él es un esfuerzo tremendo y el público lo espera con ilusión. Pero es muy exigente consigo mismo. Es lo mejor que tiene, un profesional con mayúsculas que le mete horas y horas de ensayo hasta que le toca salir”, subraya Pérez.
Fuentes cercanas al artista aclararon a Efe, tras conocerse la noticia de la posible gira por sus 50 años en la música, que “Julio no estaba para eso”, aunque se declaró “en perfecto estado de salud” y recuperado tanto de la operación de espalda a la que se sometió en 2015 como de la ciática que le obligó a posponer algunos espectáculos a principios de 2016.
“Cuando nos despertamos, los que tenemos más de 30 años, siempre tenemos algún dolor. La ciática sólo me duele un poquito de vez en cuando si hago algún ejercicio raro, pero estoy bien”, insistió, antes de recordar que “subir a un escenario con 70 años es como salir a jugar un partido de fútbol con 50”.
Una imagen suya captada este verano durante una de sus escasísimas salidas desde su residencia de Ojén (Málaga), en la que no ofreció su presencia habitual, volvió a hacer saltar las alarmas: ¿estaba sufriendo una recaída o su pudor en las apariciones públicas se debía más a la demanda de paternidad a la que un juez le obligó a responder?
Desde el concierto de Cambrils (Tarragona) se ha especulado con su regreso a los escenarios españoles. Incluso los responsables del Festival Sonorama de Aranda de Duero (Burgos), un foro musical para jóvenes “indies” donde ya han actuado Raphael y el Dúo Dinámico, aseguraron que habían iniciado negociaciones con su equipo, algo que el propio Iglesias desmintió posteriormente.
“Sigo pensando que en cualquier momento podemos recibir una llamada suya”, afirma Pérez, que está deseando volver a trabajar con “este orgullo de España, tan conocido en Almería como en Singapur”.
