Durante su reciente visita a Montevideo, Uruguay, el presidente de Guatemala, Bernardo Arévalo, asistió a la ceremonia de inauguración del presidente Yamandú Orsi. Aprovechó también para abordar el delicado asunto de las deportaciones masivas de migrantes, tema que genera inquietud tanto en su administración como entre los ciudadanos guatemaltecos. En una entrevista concedida a la agencia EFE, Arévalo subrayó la importancia de gestionar este proceso de manera que no se intensifiquen los retos económicos del país, al mismo tiempo que resaltó los esfuerzos de su gobierno por abordar esta problemática de manera integral y compleja.
El presidente de Guatemala, Bernardo Arévalo, aprovechó su reciente visita a Montevideo, Uruguay, para participar en la toma de posesión del presidente Yamandú Orsi, y también para abordar el tema de las deportaciones masivas de migrantes, un asunto que preocupa tanto a su Gobierno como a la población guatemalteca. Durante una entrevista con la agencia EFE, Arévalo enfatizó la necesidad de manejar este proceso de manera que no agrave las dificultades económicas del país, al tiempo que destacó los esfuerzos de su administración por enfrentar esta compleja problemática de manera integral.
El presidente aclaró que el entendimiento logrado con Estados Unidos para incrementar en un 40% los vuelos con migrantes en situación irregular no es una imposición, sino un acuerdo negociado que aspira a reducir al mínimo los efectos adversos. Según Arévalo, los migrantes que no son guatemaltecos serán enviados a sus países de origen con el apoyo logístico y financiero de Estados Unidos, mientras que su administración se esfuerza por facilitar la reintegración de los guatemaltecos deportados.
La migración como reflejo de la inequidad
La migración como síntoma de la desigualdad
Guatemala, la nación más poblada de Centroamérica, se enfrenta a serios retos socioeconómicos. Con una población de casi 18 millones, el 60% se encuentra en situación de pobreza. Asimismo, el país depende considerablemente de las remesas enviadas por guatemaltecos en el exterior, las cuales alcanzaron en 2024 un máximo histórico de 21,510 millones de dólares, representando aproximadamente el 20% del Producto Interno Bruto (PIB).
Arévalo admitió que el regreso de migrantes podría impactar a numerosas familias que viven de las remesas, pero afirmó que su administración está colaborando con la empresa privada para generar oportunidades de empleo para los repatriados. El presidente comentó que sectores como el turismo, que experimentó un crecimiento del 13,7% el año pasado, podrían ofrecer trabajo a muchas de estas personas, especialmente a aquellas con experiencia en campos como la hostelería y el servicio al cliente.
Desarrollo de infraestructuras y combate a la corrupción
Dentro del acuerdo con Estados Unidos, Arévalo resaltó que se contempla el respaldo al desarrollo de infraestructura estratégica en Guatemala a través de alianzas entre el sector público y privado, además de incentivos para atraer inversiones extranjeras al país. Estas acciones buscan enfrentar las causas estructurales de la migración, creando empleos y oportunidades económicas que permitan a los guatemaltecos forjar un futuro en su propia nación.
El mandatario también aprovechó la oportunidad para destacar los progresos de su gobierno en la batalla contra la corrupción. En su primer año de gestión, se estableció la Comisión Nacional contra la Corrupción y se han interpuesto más de 250 denuncias por casos de irregularidades en la administración pública. Según Arévalo, la percepción de la ciudadanía es que, por primera vez, el Ejecutivo está enfrentando la corrupción en lugar de fomentarla.
Pensamientos desde Uruguay
Reflexiones desde Uruguay
En Montevideo, Arévalo mantuvo reuniones con líderes políticos, incluyendo al expresidente uruguayo José “Pepe” Mujica. Durante estas conversaciones, destacó la importancia de integrar la ética y la política, tomando como ejemplo el legado de Mujica. “El ‘Pepe’ es un ejemplo viviente de que la reconciliación de la ética y la política no es un mito, sino una realidad que requiere voluntad y sentido de entrega”, afirmó.
Durante su reciente estancia en Montevideo, Uruguay, el presidente de Guatemala, Bernardo Arévalo, participó en la ceremonia de toma de posesión del presidente Yamandú Orsi. También aprovechó la ocasión para tratar el tema preocupante de las deportaciones masivas de migrantes, que inquieta tanto a su gobierno como a los ciudadanos guatemaltecos. En una entrevista con la agencia EFE, Arévalo destacó la necesidad de manejar este proceso de modo que no se agraven las dificultades económicas del país, al tiempo que subrayó los esfuerzos de su administración por enfrentar esta compleja situación de manera global e integral.
Arévalo expresó su preocupación sobre el impacto que las deportaciones pactadas con Estados Unidos podrían tener, señalando que podrían empeorar la crisis económica de Guatemala si no se realizan con cuidado. “Nuestro objetivo es hacer comprender a Estados Unidos que necesitamos evitar que estas deportaciones causen un deterioro económico en un país que ya enfrenta cifras preocupantes. Si el efecto es ese, en vez de solucionar la cuestión migratoria, la intensificaremos”, afirmó el líder guatemalteco.
El presidente subrayó que el acuerdo alcanzado con Estados Unidos para aumentar en un 40% los vuelos con migrantes en situación irregular no es una imposición, sino un pacto negociado que busca minimizar los impactos negativos. Según Arévalo, los migrantes que no son guatemaltecos serán devueltos a sus países de origen con el respaldo logístico y económico de Estados Unidos, mientras que su administración trabaja arduamente para facilitar la reintegración de los guatemaltecos retornados.
La migración como muestra de la desigualdad
En la entrevista, Arévalo destacó que la migración no es una decisión voluntaria, sino una necesidad para quienes buscan un futuro mejor ante la falta de oportunidades en su lugar de origen. “La gente no emigra por placer, lo hace porque no hay otra opción para su futuro”, resaltó.
Guatemala, el país con mayor población de Centroamérica, enfrenta significativos desafíos socioeconómicos. Con casi 18 millones de habitantes, el 60% vive en condiciones de pobreza. Además, el país depende en gran medida de las remesas que envían los guatemaltecos en el extranjero, las cuales alcanzaron en 2024 un récord histórico de 21,510 millones de dólares, representando cerca del 20% del Producto Interno Bruto (PIB).
Arévalo reconoció que el retorno de migrantes podría afectar a muchas familias que dependen de las remesas, pero afirmó que su administración está trabajando con el sector privado para crear oportunidades de empleo para las personas repatriadas. El presidente indicó que sectores como el turismo, que creció un 13,7% el año pasado, podrían brindar empleo a muchas de estas personas, especialmente a aquellas con experiencia en áreas como la hotelería y el servicio al cliente.
Desarrollo de infraestructura y lucha contra la corrupción
Como parte del convenio con Estados Unidos, Arévalo destacó que se incluye apoyo para el desarrollo de infraestructura estratégica en Guatemala mediante alianzas público-privadas, así como incentivos para atraer inversiones extranjeras al país. Estas medidas tienen como objetivo abordar las causas estructurales de la migración, generando empleo y oportunidades económicas que permitan a los guatemaltecos construir un futuro dentro de su propia nación.
El mandatario también utilizó la ocasión para resaltar los avances de su gobierno en la lucha contra la corrupción. En su primer año de administración, se creó la Comisión Nacional contra la Corrupción y se han presentado más de 250 denuncias relacionadas con irregularidades en la gestión pública. Según Arévalo, la percepción ciudadana es que, por primera vez, el Ejecutivo está enfrentando la corrupción en lugar de promoverla.
Reflexiones desde Uruguay
En Montevideo, Arévalo se encontró con líderes políticos, incluido el exmandatario uruguayo José “Pepe” Mujica. Durante estas discusiones, destacó la importancia de integrar la ética con la política, tomando el legado de Mujica como ejemplo. “El ‘Pepe’ es una demostración viviente de que la unión entre ética y política no es una fantasía, sino una realidad que requiere compromiso y entrega”, declaró.
Durante su reciente visita a Montevideo, Uruguay, el presidente de Guatemala, Bernardo Arévalo, participó en la toma de posesión del presidente Yamandú Orsi. Además, abordó la preocupación de su nación sobre las deportaciones masivas de migrantes, un tema crucial tanto para su Gobierno como para los ciudadanos guatemaltecos. En una entrevista con la agencia EFE, Arévalo destacó la importancia de manejar esta situación sin perjudicar la economía del país y subrayó los esfuerzos de su administración para enfrentar esta compleja problemática de manera integral.
Arévalo expresó su preocupación sobre las repercusiones que podrían derivarse de los acuerdos de deportación con Estados Unidos, subrayando que, de no gestionarse con cuidado, podrían empeorar la crisis económica en Guatemala. “Nuestro objetivo es hacer ver a Estados Unidos que es fundamental evitar que estas deportaciones causen un deterioro económico en un país que ya enfrenta cifras preocupantes. Si ese será el resultado, en lugar de solucionar el problema migratorio, lo intensificaremos”, afirmó el presidente.
El presidente señaló que el convenio acordado con Estados Unidos para aumentar en un 40% los vuelos con migrantes en situación irregular no es una imposición, sino un acuerdo consensuado que busca reducir al mínimo los impactos negativos. Arévalo detalló que los migrantes que no sean de origen guatemalteco serán retornados a sus países con el apoyo logístico y financiero de Estados Unidos, mientras su Gobierno trabaja para facilitar la reintegración de los guatemaltecos deportados.
La migración como un reflejo de la desigualdad
En la entrevista, Arévalo subrayó que la migración no es una decisión voluntaria, sino una necesidad para aquellos que anhelan un futuro mejor ante la falta de oportunidades en su nación. “Las personas no emigran por deseo, lo hacen porque no tienen otra opción para su futuro”, destacó.
Guatemala, el país más populoso de Centroamérica, enfrenta significativos desafíos socioeconómicos. Con una población de cerca de 18 millones de personas, el 60% vive en condiciones de pobreza. Además, el país depende en gran medida de las remesas enviadas por guatemaltecos en el extranjero, que alcanzaron un récord de 21,510 millones de dólares en 2024, representando aproximadamente el 20% del Producto Interno Bruto (PIB).
Arévalo reconoció que el retorno de migrantes podría afectar a numerosas familias que dependen de las remesas; no obstante, aseguró que su Gobierno está trabajando junto con el sector privado para crear empleos para los deportados. El presidente señaló que sectores como el turismo, que experimentó un crecimiento del 13,7% el año pasado, podrían ofrecer empleo a muchas de estas personas, especialmente a aquellas con experiencia en áreas como la hotelería y la atención al cliente.
Avances en infraestructura y lucha contra la corrupción
Como parte del acuerdo con Estados Unidos, Arévalo destacó que se ofrecerá apoyo para fomentar el desarrollo de infraestructura estratégica en Guatemala mediante colaboraciones público-privadas, junto con incentivos para atraer empresas extranjeras al territorio. Estas iniciativas tienen el propósito de enfrentar las causas estructurales de la migración, generando empleos y oportunidades económicas que permitan a los guatemaltecos construir un futuro en su propia nación.
El mandatario también aprovechó la ocasión para resaltar los avances de su gobierno en la lucha contra la corrupción. Durante su primer año de gestión, se creó la Comisión Nacional contra la Corrupción y se han presentado más de 250 denuncias de irregularidades en la administración pública. Según Arévalo, la percepción de la ciudadanía es que, por primera vez, el poder Ejecutivo está enfrentando la corrupción en lugar de promoverla.