El entorno de Alexéi Navalni desconoce desde hace seis días dónde se encuentra el opositor ruso. Después de varios intentos infructuosos de visitar al activista, el Servicio Penitenciario Federal ha informado a sus abogados de que ya no se encuentra en la prisión IK-6 de Mélejovo, a unos 230 kilómetros al este de Moscú, donde cumplía actualmente una condena de 19 años de cárcel bajo un estricto régimen de aislamiento. Según la portavoz del disidente, Kira Yarmish, la última vez que fue visto Navalni se recuperaba de un desmayo.
“Hoy, como el pasado viernes, los abogados intentaron acceder a la IK-6 y a la IK-7, las dos prisiones de la región de Vladímir donde Alexéi Navalni podría estar. En ambas les informaron simultáneamente de que no está allí. No sabemos dónde se encuentra Alexéi”, ha revelado en X (antes Twitter) la representante del opositor.
Otros miembros de la plataforma de Navalni se encuentran actualmente en el exilio. La agencia gubernamental Rosfinmonitoring elevó la supuesta peligrosidad del disidente y dos miembros destacados de su equipo, Leonid Volkov e Iván Zhdanov, al considerar que su estatus pasaba de “extremista” a “terrorista”.
“Se niegan a decir a dónde le han llevado”, ha agregado Yarmish, preocupada por la situación del opositor. Navalni tenía que haber intervenido durante estos días en varias sesiones de otro nuevo juicio por videoconferencia, pero nunca apareció. “Los funcionarios de la cárcel dicen que no se ha podido arreglar la electricidad desde el 7 de diciembre. Se burlan de nosotros, ya es el sexto día que no sabemos dónde está Alexéi ni qué le pasa”, ha denunciado Yarmish este lunes.
Una integrante del consejo del presidente ruso para los derechos humanos, Eva Merkachiova, ha manifestado en el canal RTVI que los abogados de Navalni tienen derecho a conocer su estado solo “si de repente aparece información de que se está muriendo o algo más”, aunque ha recalcado que el servicio penitenciario puede realizar cualquier traslado en secreto. Según el abogado de otro opositor condenado a ocho años y medio por “desacreditar las acciones del ejército ruso en Ucrania”, el político Ilia Yashin, el cambio de prisión puede durar incluso un mes, incluidas paradas intermedias en otros centros de detención, “y estos no notificarán a los abogados que se encuentra allí, por lo que es extremadamente difícil encontrar así a una persona”.
Navalni cumple actualmente 19 años de cárcel bajo la acusación de haber formado “una organización extremista” con su Plataforma contra la Corrupción. Se trata del más grave de los casos abiertos en su contra. El último se conoció el pasado 1 de octubre, cuando fue abierta una causa penal contra el disidente bajo la acusación de “vandalismo”. Anteriormente, también fue condenado a nueve años de cárcel tras haber sido denunciado por tres de sus más de 300.000 donantes, un mecánico y dos empresarios sometidos a procesos penales, que le acusaron de haberles defraudado decenas de miles de euros que supuestamente aportaron a su organización.
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El opositor fue detenido en enero de 2021, nada más regresar a Moscú, por el primer caso penal abierto en su contra, el caso Yves Rocher. La justicia rusa argumentó que Navalni incumplió el régimen de visitas a comisaría impuesto a cambio de la suspensión de su condena cuando fue tratado en Alemania de su envenenamiento con una sustancia similar al agente Novichok, según la investigación de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ).
Su círculo más cercano dio la primera señal de alarma sobre su desaparición el pasado 7 de diciembre. Según la portavoz de Navalni, una semana antes de su desaparición había sufrido un desvanecimiento en su celda. “No sabemos qué fue, pero dado que le privaron de comida, le mantuvieron en una celda de castigo sin ventilación y le redujeron el tiempo de paseo al mínimo, parece que se desmayó de hambre. Después de ese incidente, los abogados vieron que Alexéi estaba relativamente bien”, afirmó entonces en X.
El entorno de Navalni también dejó de recibir su correspondencia a finales de noviembre. “Al menos antes llegaban cartas suyas de vez en cuando, aunque fueran censuradas, pero en toda esta semana no hubo ninguna carta”, afirmó Yarmish.
El círculo del disidente perdió definitivamente el contacto con él un día antes de lanzar una campaña contra la candidatura de Vladímir Putin a las elecciones presidenciales previstas para dentro de tres meses. En varias ciudades de Rusia aparecieron carteles en los que se pedía el voto para cualquier otro aspirante electoral en los próximos comicios presidenciales, que durarán tres días, hasta el 17 de marzo de 2024, e incluirán por primera vez el polémico voto electrónico. La declaración de la Plataforma contra la Corrupción de Navalni como “organización extremista” por las autoridades rusas implica que cualquier contacto con la organización o difusión de sus mensajes puede acarrear penas incluso de prisión.
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